viernes, 12 de noviembre de 2010

Entrevista a Esteban Michelena

Michelena: “La gente anónima está llamada a voltear planetas…y eso es lo que hay que contar”

Antes de iniciar la conversación, Esteban Michelena destapa el envase del yogurt de mora que acostumbra tomar a media mañana. Es un apasionado del fútbol, de la música y de la buena literatura. Habla como escribe y escribe como habla. Mientras abre delicadamente el empaque de galletas, piensa en los que no tienen voz. Se conmueve con la frustración y el dolor del destino ecuatoriano. Pero cree que con su trabajo, los héroes anónimos cobrarán vida y cambiarán esta realidad.

Han transcurrido 25 años desde que escribió su primera crónica sobre Jhonny Pacheco, director de la Fania All Starts. ¿Qué le llevó a escribir esta historia?

Iniciar una nueva faceta en mi vida. Pablo Cuvi había publicado en el diario el Hoy, un anuncio de que necesitaba gente que escriba. Yo aún no estudiaba periodismo. Me animé a irle a ver al Pablo. Me dijo que trajera un trabajo. Fue importante que Pacheco me atendiera, pero la ventaja era que yo estaba súper bien informado.

¿A qué se debió esta iniciativa por el periodismo? Porque sé que antes estudiaba agronomía.

Son esos baldazos que a veces te pegas por la falta de orientación vocacional. Mi preocupación por el periodismo empezó cuando leía los periódicos y no veía historias. Faltaban estos relatos humanos de héroes anónimos que componen nuestra sociedad. Me dije ¡Tengo que escribir!

¿Quiénes son estos héroes anónimos?

Son esas personas que hacen trabajos muy lindos, muy destacados. Por ejemplo, esos pescadores, esos vendedores de colaciones en la calle Imbabura… Son esos personajes que no son protagonistas pero que sostienen a la sociedad, cuyas vidas no están expresadas en los medios.

Es decir, que usted se inclinó por ir más allá del hecho, interesado por las historias de vida…

Exactamente. Yo creo que todo tiene una filosofía que es la que te mueve, la que te hace hacer tus esfuerzos. Hay un aliento espiritual que motiva a los futbolistas, a los pescadores… No se ha dado paso a contar cómo un tipo que salta a la cancha el domingo ha pasado millón de dificultades. Creo que nuestra sociedad puede tomar lecciones de esas personas sencillas.

En muchos de los casos, estos personajes son vistos como los otros. ¿Cómo se refiere Esteban Michelena a estos otros?

Soy absolutamente parte de ellos. Mi involucramiento es un nivel sentimental de actitud, de vida cercana. Me impresionan estas lecciones poderosísimas de cómo debes enfrentar la vida. Por ejemplo, desde la adversidad que desafiaron futbolistas como Valencia (Antonio) e Iván Hurtado. Los otros son munditos desprotegidos de los que se puede aprender a sobrevivir.

¿Qué le conmueve?

La capacidad de las personas de rehacerse, de luchar a pesar de que todo puede estar perdido. Esa épica que hay en la sociedad ecuatoriana que normalmente no es reconocida y que yo encuentro mucho en el fútbol. Me conmueve que aquellos, venidos de un sector muy jodido, puedan reconstruirse solos. Me gustan quienes no bajan los brazos.

¿A quién admira?

Tengo mis referentes en varios ámbitos. Pero admiro a los empecinados en no dejarse vencer , a esas voluntades implacables consigo mismo.

Por ejemplo, en periodismo ¿quién es Truman Capote para usted?

Es el cuerpo del delito. El que se atreve a romper las fronteras haciendo aguas indecisas entre literatura y periodismo. Es que molesta que se quiere reducir al periodismo a un ejercicio absolutamente noticioso que está bien pero que no es todo. Capote va más allá

Usted ¿cómo va más allá?

Con mis crónicas, que tienen un empaque artístico, que demandan más esfuerzo, que te piden más cosas, que te piden que leas…Yo le metí una textura artística a la crónica

El humor ¿es parte de sus crónicas?

Creo q sí porque al fin de cuentas, todo tiene una nota irónica y de humor. Eso es la vida: tiene drama y tragedia y en el medio está lo cómico.

En general, ¿cómo cuenta las historias?

Me tomo libertades y estructuro un método artístico. Porque no necesariamente una crónica debe empezar por el principio. Así también es el cine. Cargo mucha imagen porque eso le gusta a la gente. Todo es válido, salvo falsear la realidad. Intento conmover a partir de lo bello.

Pero esta estética en el periodismo ecuatoriano casi no se maneja. ¿Cómo califica a nuestro periodismo?

Es un bajo promotor de la crónica porque juega con los espacios. Ahora mismo, veo en el periódico unos asuntos resueltos de una forma bien simplona. Te tiran la fotota y una sucesión de hechos. Eso lo puedo escuchar en la radio y ya.

¿Es válido implementar elementos de la literatura en periodismo?

Totalmente. Lo importante es tomar elementos del paisaje, como componentes de la crónica, que sean fieles a la realidad de los hechos. De ahí, con esos elementos, tú la armas de tal manera, con tales ritmos cinematográficos y literarios. Ese es tu problema mientras te salga bien.

Entonces ¿la palabra es un recurso para el periodista?

Absolutamente. La palabra bien usada con belleza, con poderío, son el éxito de una crónica. Solo así podrás contar que un despistado agricultor criaba cocodrilos, que se le escaparon cinco, que se comieron a un niño…La palabra en periodismo te sirve incluso para hacer una literatura que trascienda en el lector.

Si a Esteban Michelena le dan a elegir entre noticia, crónica o reportaje…

Me quedo de hecho con la crónica, con el reportaje largo.

¿Ha hecho crónica toda su vida?

Sí, todo el tiempo. Claro, al principio con muchas falencias, que con el tiempo pude mejorar leyendo, por ejemplo, las crónicas de García Márquez que son espectaculares.

¿Cuál es el secreto de hacer una buena crónica?

Que te informes bien sobre lo que vas a escribir. Que te apasiones por el tema. Que al menos te sorprenda. Buscar temas más cronicables que otros. Indagar en las personas para contar historias de vida.

¿El periodista se somete a un proceso de empatía, de ponerse en el lugar de los otros?

En mi criterio sí. Es importante que tú tengas admiración, respeto, cercanía con el personaje, con la situación que vas a contar. Tener afinidad y afición. Si eres un aficionado tienes resuelto un montón de misterios sobre el tema.

El cronista debe disfrutar con su tema. ¿En que historia ha disfrutado más?

“Animal de graderío” es una de las que más me gusta. Te cuenta lo que hay más allá de un partido. El sufrimiento de los hinchas en las gradas, los vendedores, las barras… Si tú no eres capaz de fascinarte no vas a fascinar. Es como el cine. El primer traumado en una película tiene que ser el director porque sino ¿cómo lleva a cabo?

Quizá por esta razón, lo que se cuenta en los periódicos no llega a la sociedad

Hay algunas razones. Los periódicos y la misma academia han renunciado de antemano a la crónica. Hay quienes encuentran cualquier pretexto: ¡Ah, como no hay quien enseñe no aprendo! Lo ideal es superar estas limitaciones y buscar un aliento.

¿A usted lo alentaron?

Cogí las oportunidades que me dieron y les saqué el aire. Pero tú tienes que disputarte un poco. Todo es a codazos en la vida.

Precisamente estas historias conseguidas con trabajo, le llevaron a ser el tricampeón de los premios Jorge Mantilla Ortega. ¿Cómo fue esta experiencia?

Re-contra linda. Había pegado muchas menciones, segundos lugares pero no había ganado. Se dieron las tres al hilo. No lo tomes como vanidad, pero iba a seguir ganando. Había mucho esfuerzo concentrado ahí y la alegría es en relación directa.

Primero fue “El no lugar de los héroes”. Después “Animal de graderío”. ¿Cuál fue la tercera?

La de “Tinieblas” que es la historia de un hip hopper ciego con otro amigo flaco. Me pareció muy edificante su vida. A los 17 perdió la visa en una pelea. Yo creo que si a mí me pasa eso, el resentimiento que tenga me bloquearía. Pero este chico le dio la vuelta al tema y encontró en la palabra un motivo para sobrevivir. Valió la pena contar su historia.

¿Qué es lo que Esteban Michelena busca ser desde el periodismo?

Eso. Mostrar que es posible llegar a un montón de metas. Que el Ecuador no se reduce a lo que pueden hacer dos políticos o tres empresarios. Sino que nosotros, la gente anónima, la gente que no está llamada, puede coger escenarios y virarlos. Voltear planetas si es necesario para llegar al objetivo. Les quiero contar que es más divertido pasar intentándolo que esperando que el ángel de la guarda nos resuelva la vida.

¿Somos un país de héroes y caídos?

Claro. Los héroes son de los que te hablé. Pero los caídos son los que no terminan de sintonizar con la épica, con la dedicación. Los que no entienden que tú puedes ser dueño de tu destino. Así te pasan los años. Si te pilla la muerte, te pilla sudado y estás reventado. Sino ¿a qué diablos viniste? ¿A estar sentadito? No le veo el sentido.